La extraña sensación de que caes

Uno de los numerosos defectos que tengo es que soy un hipocondríaco de cuidado (si yo os contara… hasta una vez pensé que se me había parado el riego sanguíneo porque notaba pequeñas punzadas en la muñeca… que vergüenza). Otra de mis múltiples paranoias, mantenida en secreto, era la creencia de que padecía de principio de Parkinson… todo esto porque muchas noches, al poco de estar acostado, sentía como si “me resbalara y fuera a caer” (cosa imposible estando en horizontal). Pensaba que era algo que sólo me pasaba a mi… hasta que hoy leí esto (vía Cynical-C):

En el momento de dormirnos, a veces experimentamos la sensación de caer en un pozo. ¿A qué es debido?

A los pocos minutos de comenzar a dormir, es bastante común que sintamos repentinamente una descarga eléctrica que interrumpe momentáneamente el sueño. Pasamos de un momento de máxima relajación a uno de tensión imprevista. Esta sacudida suele ir acompañada de algún movimiento brusco de nuestro cuerpo. Y no sólo despierta a quien la sufre, sino que incluso puede despertar a la pareja en caso de dormir acompañado.

La mayoría de la gente describe este fenómeno como la sensación de tropezar, dar un brinco o caer en un pozo. Los especialistas denominamos este movimiento «mioclonía del adormecimiento». Se trata de fenómenos fisiológicos muy normales que no deben preocupar. Tienen lugar cuando nos encontramos en la fase de somnolencia, que es la que dará paso a posteriores fases de sueño superficial, profundo y fase REM, que se repiten cíclicamente a lo largo de la noche y tienen su final en el despertar.

[ Libro: Todo lo que quería saber sobre el sueño… y ahora va a averiguar ]

Por lo visto el 70% de la población experimenta este fenómeno, del que casi nadie habla, y del que todavía no se tiene muy claro su origen, aunque parece que es otra parte más dentro del proceso del sueño, cómo la respiración más lenta o la reducción de la temperatura corporal.

A ver… ¿soy un bicho raro o ustedes también lo han notado alguna vez?

Elemental, querido House

House es la serie de la temporada, tanto en España (donde ha servido para poner a Cuatro en órbita, subiendo su audiencia global), como en Estados Unidos (donde es la más vista, por encima de CSI Las Vegas). Yo, que soy un poco lento en todo, no me había dado cuenta hasta hoy de un maravilloso detalle que esconde esta estupenda serie: El personaje del doctor Gregory House es en realidad un Sherlock Holmes adaptado a nuestra época. Las similitudes no dejan lugar a duda.

.
House Holmes
En el capítulo 7 de la 2ª temporada, titulado “Cacería”, descubrimos que House vive en el 221B. Sherlock Holmes vive en el 221B de Baker St.
House tiene un sólo amigo: el doctor James Wilson. Holmes tenía un sólo amigo: el doctor John Watson.
James Wilson es buena gente, mujeriego, menos brillante que su dotado amigo, pero siente hacia él una amistad sincera y fuerte. Lo mismo que John Watson con Holmes.
House es un misántropo que odia ver a sus pacientes y no siente el más mínimo interés por sus problemas personales a no ser que tengan relación directa con el diagnóstico. Holmes sentía la misma aversión a establecer lazos emocionales con sus clientes y sólo se interesaba por los datos que tuvieran relación directa con el caso.
El primer paciente de House en la serie se apellidaba Adler. Irene Adler fue la mujer que más influyó en Sherlock Holmes.
House no vacila en romper las reglas, ignorarlas, torcerlas y torturarlas de todas las maneras posibles hasta conseguir el diagnóstico, a veces asumiendo riesgos terribles para sí y para el paciente. Holmes mostraba una parecida carencia de escrúpulos para conseguir solucionar sus casos.
House tiene un carácter irascible, aires de superioridad, y una irritante tendencia a creer que siempre tiene razón. Holmes también. Y ambos tienen razón (casi siempre).
House no inspira un especial cariño en la gente que tienen a su alrededor, pero sí que inspira admiración y respeto. Lo mismo que Holmes.
Greg House es médico Conan Doyle basó el personaje de Holmes en un médico (maestro suyo).
Su nombre (House) significa casa, hogar, a veces es un sinónimo de “Home” Su nombre (Holmes) suena muy parecido a “Home” (casa, hogar)
Lucha a muerte con gérmenes, enfermedades y otros problemas médicos. Luchaba a muerte con criminales.
Es adicto al Vicodin. Era adicto a la cocaína.
Le gusta ver culebrones y jugar a los videojuegos. Le gusta leer las páginas de sucesos y esquelas en los periódicos.
Tiene problemas de salud con su pierna. Su amigo más cercano tenía problemas con una herida en su pierna.
Perezoso hasta que lo fuerzan a fijarse en algún caso que lo cautiva. Lánguido y perezoso cuando no está en un caso.
Distante con todo el mundo excepto con su mejor amigo y compañero Wilson. Distante, excepto un poco con su amigo y compañero de cuarto.
Le gusta mucho la música y toca el piano. Le gusta mucho la música y toca el violín.

[ Toda esta información hay que agradecérsela a El Pito Doble y la Biblioteca de Babel, que la han traducido de esta página en inglés donde se recogen todas las conexiones entre ambos personajes ]

Porqué la gente inteligente tiende a ser infeliz

Si han leído ‘Inteligencia Emocional’ de Daniel Goleman seguro que todo esto les suena.

Los índices de suicidio, de encarcelamiento y de problemas emocionales es mucho mas alto entre las personas de gran inteligencia que entre los que se engloban dentro de la media. Muchos son social, laboral y emocionalmente un completo desastre. Siga leyendo para aprender por qué.

“Personas inteligentes, y a la vez felices, es la cosa mas rara que he visto.” - Ernest Hemingway, escritor y Premio Nobel de Literatura (1899-1961)

Hemingway, que se arrebató la vida en 1961, sabía bien de ambas cosas: de inteligencia… y de infelicidad. A pesar de sobrevivir a dos guerras mundiales y a la Gran Depresión, a pesar de haber tenido 4 esposas y un incontable número de fallidas relaciones amorosas, ni todo eso ni su gran cerebro le ayudó a descubrir como ser feliz.

De igual forma que la anterior cita de Hemingway estaba basada en su propia experiencia, yo basaré las siguientes conjeturas en lo aprendido en mi vida personal y en mi experiencia profesional como sociólogo. Desgraciadamente aún no existen estudios suficientes sobre este tema para tomar como referencia.

La sociedad occidental no está preparada para albergar (ni dar alas) a niños y adultos inteligentes, de la misma manera que lo hace sobre atletas o figuras del deporte (especialmente en los más destacados). Si bien es cierto que algunas figuras excepcionalmente brillantes como Albert Einstein si han sido reconocidas, también lo es que tenemos a muchísima gente extremadamente inteligente trabajando en ocupaciones que están consideradas entre las peores, y muchas más en las que su vida personal es un completo desastre, tal y como se podría corroborar echando un vistazo a la lista de miembros de Mensa (el club de los más inteligentes del Planeta).

Los sistemas de educación en países cuyo interés principal es la acumulación de riqueza promueven la imagen de héroes de película, de guerra y del deporte, pero no del desarrollo intelectual. Las personas super inteligentes tienen los conocimientos, pero muy pocos alcanzan lo mas alto de la escala social y profesional.

Veamos las causas.

A nuestros hijos se les educa a través de cuatro pilares: el intelectual, el físico, el emocional (psicológico) y el social. En las aulas (y en la calle con los amigos), los chicos más listos tienden a ser excluidos por otros niños de muchas actividades: sencillamente no se cuenta con ellos. Son “los raros”, “los geeks”, los inadaptados sociales. Dicho de otra forma: no se pueden desarrollar socialmente tan bien como lo hacen intelectual o incluso físicamente, porque no tienen la oportunidad de hacerlo.

Su desarrollo emocional también se queda atrás con respecto al de una “persona normal”, al no enfrentarse en su vida con una serie de situaciones y vivencias con las que si se suelen topar el resto de personas (el trato con los amigos, las primeras relaciones de pareja, discusiones, problemas, alegrías, etc…)

Por si esto fuera poco además los adultos (sus propios padres y educadores) tienden a creer que los chicos inteligentes pueden hacer frente a cualquier cosa o problema porque son superiores intelectualmente. Esto incluye, inevitablemente, situaciones donde los chicos inteligentes no tienen ni conocimientos ni habilidades en las que apoyarse. No les queda otra que pasar solos los tiempos difíciles. Los adultos no entienden que necesitan ayuda, y el resto de niños no quieren juntarse con ellos, porque los “líderes sociales” (los “populares”) ya los han marcado con la etiqueta de “a evitar”.

Como resultado tenemos a un buen número de personas de gran inteligencia, pero cuyo desarrollo social ha progresado mucho más despacio que el del resto de personas, y que por ende tienen serios problemas al intentar hacer frente a algunas situaciones estresantes de la vida, sobre los que el resto si saben lidiar de mejor manera. No debería ser, por lo tanto, una sorpresa que la inmensa mayoría de los reclusos de las cárceles sean personas social y emocionalmente subdesarrolladas o “analfabetas”, y que además un gran porcentaje de ellos estén intelectualmente por encima de lo normal.

La sociedad occidental es el germen ideal para engendrar a inadaptados sociales y personas con problemas emocionales. Y en lo que se refiere a la felicidad, serán estos los que más difícilmente tendrán el alcanzarla.

Esto podría cambiar en el siglo XXI, a medida que los “geeks” están ganando reconocimiento como personas de gran potencial, y están siendo modelos a seguir para la sociedad (especialmente a raiz de que muchos de los que hoy día hacen gran fortuna se dediquen precisamente al mundo de la alta tecnología) [nota de Javi Moya: que se lo digan a los dos feorros que vendieron Youtube. Van a ‘ligar’ ahora -por decirlo fino- todo lo que no hicieron en años]. Los Geeks, por lo tanto, puede que acaben siendo más aceptados socialmente ahora que en el pasado, pero no servirá de nada a menos que reciban más ayuda con su desarrollo social y emocional, sin lo cual la mayoría estarán destinados a ser infelices hasta que no logren la misma madurez que el resto de adultos.

Con todo esto, las personas de gran inteligencia, sean niños o adultos, todavía siguen siendo excluidos socialmente en muchas situaciones… siguen siendo prejuzgados, incluso en habilidades tales como la de ser buenos compañeros, parejas, amantes y padres.

Y finalmente otro de los problemas para alcanzar la felicidad que tienen las personas inteligentes es que suelen percibir y reflexionar con mayor intensidad sobre las tragedias y tristezas del mundo en el que viven. Son mas consciente de las desgracias que les rodean, de las injusticias, de la tragedia del Ser Humano, y de sus propias miserias y carencias.

[ Traducido -con ciertas licencias- de: Bill Allin ‘Turning It Around: Causes and Cures for Today’s Epidemic Social Problems’ ]
[ Otra traducción al español que encontré mientras realizaba la mía -muy buena, y que me ha servido para mejorar algunos términos-: El Pingüino Amarillo ]

No guarda relación con lo anterior, pero ¿Qué es para ustedes ser inteligente? Para mi no es cuan listo eres, cuantas carreras has acabado, cuantos idiomas hablas, ni nada de eso. Para mi ser inteligente significa saber ser feliz con lo que la vida te ofrece, tal y como se te presente. Esa es parte de mi filosofía de vida.

¿Se puede superar la velocidad de la luz? Un acercamiento ameno a la Teoría de la Relatividad de Einstein?

Entiendo que el título asuste bastante (“menudo tostón” estarán pensando)… pero les prometo que será más entretenido de lo que imaginan (o eso espero) ! Cuando acaben tendrán un nuevo conocimiento con el que hacerse el interesante delante de sus amigotes !

Para comenzar nada mejor que hacerlo con un acertijo.

Seguro que recuerdan como de pequeños le enseñaron las leyes del movimiento de Newton. El típico problema que nos planteaban era algo así: Supongamos que estamos parados en la calle, y que un autobus cruza por delante nuestra a 50 kilómetros/hora. Uno de sus pasajeros arroja en su interior una pelota a 20 km/h en la misma dirección que se desplaza el vehículo. Para el individuo, que se mueve junto con el bus, la pelota se mueve a 20 km/h. Pero ¿y para nosotros (que estamos fuera)? Sencillo, el movimiento del bus y el de la pelota se suman, de modo que la pelota va a una velocidad de 70 km/h. Esto es correcto.

Y aquí empieza lo interesante. Imaginen que ahora el autobus lo cambiamos por una nave espacial. Y que esta se desplaza no a 50 km/h, sino a casi la velocidad de la luz (a partir de ahora, por simplificar, a esta constante la llamaremos c)… digamos que se mueve a c - 5 km/h. ¿Qué ocurriría si a esa velocidad se dispara una bala en la misma dirección que se desplaza la nave? ¿Para el que observa parado desde fuera, ese proyectil sobrepasaría la velocidad de la luz?

No sigan leyendo. Aventuren un resultado (si quieren vayan a los comentarios y respondan). Luego vuelvan y continuen leyendo.

Según lo que aprendimos en la escuela así debería ser… pues sería la suma de las velocidades (u + v)… pero algo en nuestro interior nos alerta de que debe haber algún tipo de truco. Al fin y al cabo Einstein venía a decirnos que NADA es más rápido que la luz (cuando terminen el artículo entenderán el porqué de esta afirmación).

Pero entonces ¿Qué es lo que falla exactamente? Fácil… que lo que siempre hemos llamado “suma de velocidades” es en realidad otra fórmula más compleja:

w = ( u + v ) / ( 1 +  uv / c^2 )

A velocidades “típicas”, el término uv/c^2 es prácticamente cero (ya que c^2 es un número enorme), por lo que la ecuación se simplifica, quedándose en nuestro conocido w = u + v (la aritmética elemental de las leyes de Newton nos vale).

Sin embargo, si estamos viajando a, digamos 0.9c (nueve décimas partes la velocidad de la luz), y disparamos una bala que también se desplaza a 0.9c, descubrimos entonces, según la fórmula citada anteriormente, que el proyectil no logra una velocidad global de 1.8c (que estaría por encima de la velocidad de la luz), sino que se quedaría en un modestísimo…

(0.9c + 0.9c) /(1 + (0.9c*0.9c) / (1c^2)) = 1.8c / 1.81c = 0.994c

¿Quiere esto decir que la bala saldría leeeeeentamente -estilo matrix- del cañón? No ! Para el que se encuentra dentro de la nave todo se vería absolutamente normal.

Sin embargo, el que se encuentra parado observando desde fuera la escena, percibiría una serie de efectos extraordinarios: (1) que tanto la nave como sus tripulantes se comprimirían como un acordeón, a lo largo de su eje de desplazamiento (hasta llegar finalmente a una longitud nula en el límite de la velocidad de la luz); (2) que la masa de los objetos en movimiento aumentaría con la velocidad (hasta hacerse infinita en el límite de la velocidad de la luz); (3) que el tiempo iría más despacio para los que están dentro de la nave, pero sin que ellos se percataran (llegando incluso a pararse por completo en dicho límite)

Y esto que acabamos de explicar es basicamente La teoría especial de la relatividad de Einstein, elaborada en 1905 (y que luego amplió en 1915). El genio la desarrolló cuando se percató que la fórmula que funcionaba con autobuses y pelotas, no valía para la luz. Cuando se medía la velocidad de la misma en el vacío siempre resultaba el mismo valor (unos 299.793 kilómetros por segundo), en cualesquiera que fueran las circunstancias. Y las leyes del universo que se conocían en su época no podían explicar porque esto era así. Einstein encontró que dicha constancia solo era posible si se aceptaban como ciertas una serie de fenómenos extraordinarios… los 3 que hemos visto antes: que los objetos se ven afectados por la velocidad (en longitud, masa y tiempo) (siempre había sido así, pero nunca lo habiamos visto porque a velocidades “lentas” el efecto no es perceptible). Lo suyo eran sólo predicciones teóricas, que luego en la prácica se han demostrado muy exactas (si la teoría de la relatividad de Einstein fuese incorrecta los aceleradores de partículas no podrían funcionar o las bombas atómicas no explotarían).

¿A qué no ha sido tan aburrido? Toda la vida escuchando sobre esto, y hasta hace bien poco nunca me había interesado en leer del tema.