El boicot a los productos catalanes

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A veces, llamadme ingenuo, confío en que la Tercera Guerra Mundial nunca estallará. Y no porque los humanos hayamos aprendido de los errores del pasado, ni mucho menos… sino porque hoy el mundo, más que por los gobiernos, es controlado por las empresas privadas (recordemos, por ejemplo, que Ford invierte mas en I+D que España). Y a ellas, a las multinacionales, les da igual (o así debería ser) donde hayas nacido o vivas, tu raza, tu religión, tu lengua, o tu sexo… ellas sólo quieren tu dinero, y quieren un mundo en el que haya mientras más posibles consumidores mejor (de ahí las poderosísimas inversiones en China). Algo bueno tenía que traer la globalización.

Todo esto tiene relación con la llegada a los últimos días de una tremenda campaña “electrónica” que anima a boicotear los productos y empresas nacionalistas catalanas, como medida de presión para lograr la retirada del proyecto del nuevo Estatuto. Algunos de los curiosos mensajes SMS que están llegando a los móviles son:

«El 70% del excedente de producción catalana se vende en el resto de España. El descenso en sus ventas de sólo un 10% enterraría el Estatut para siempre. Campaña: un mes sin productos catalanes. Inicio Campaña: 1 de diciembre. Entre todos podemos acabar con esta locura. Pásalo y muchas gracias»

[Plaga de ’sms’ pidiendo el boicot a los productos catalanes]

«Nada catalán comprarás / ni en Caprabo te avituallarás,/ ni con cava brindarás, / ni Casa Tarradella probarás, / del fuet te olvidarás, / y tu dinero en La Caixa no guardarás. / Así, buen español serás / y a los nacionalistas catalanes joderás / porque donde más les duele… / Les darás. / Pásalo»

[La fuerza del pásalo amenaza a los productos catalanes]

Por correo electrónico (productos_catalanes.pdf) y en la Red (liberalismo.org,stopnacionalismo.com) podemos encontrar extensas y numerosas listas de productos a boicotear, tanto de empresas catalanas, como de multinacionales extranjeras allí afincadas. Algunos ejemplos: La Caixa, Gas Natural, Caprabo, Aguas de Barcelona, Banco Sabadell, Occidental Hoteles, Port Aventura, Gallina Blanca, El Pavo, Avecrem, Pans Company, Bocatta, Dodot, Affinity, Caixa Catalunya, Casademont, Freixenet, La Vanguardia, Mundo Deportivo, Agua Brava, Grupo Planeta (Antena 3 [!], Onda Cero, La Razón [!], Avui, Editorial Espasa, Ediciones Altaya, Planeta de Agostini, las tiendas Casa del Libro, Centro de Estudios CEAC, Home English), Nescafé, Fontvella, Donetes, Bollycao, Calvé, Hellmans, Knorr, Casa Tarradellas, La Piara, Frigo, La Sirena, Pastas Gallo y un largo etcétera.

El año pasado una campaña en contra del cava catalán, de mucha menor intensidad (y provocada por las palabras de Carod Rovira en referencia a la candidatura de Madrid para los Juegos Olímpicos de 2012), tuvo su repercusión, que aunque ligera (hablan de un descenso de un 3% en las ventas), acabó afectando. Ahora temen pueda hacerlo en mayor medida, de ahí el numerito que hace un par de días Mariano Rajoy y los empresarios del cava protagonizaban en Sant Sadurní, y que sellaban, entre brindis, con declaraciones como esta:

Josep Ferrer, presidente de honor de Freixenet:

“Sentimos preocupación por el efecto que puede tener en nuestras ventas la actual situación política. Nuestro cava es tan español como el que más, estamos presentes en todo el mundo y siempre vamos con una bandera de España. Ya tuvimos un problema el año pasado por las declaraciones del señor Carod, que lo que hicieron fue favorecer a cavas de fuera de Cataluña. El cava es tan catalán como español, como yo mismo”.

[Nuestro cava es español]
[Rajoy: ‘Batallaré contra el Estatut y contra el boicot al cava’]

Paradójicamente (y tristemente para ellas) Freixenet (que juega a dos bandas, porque a la vez que hace esas declaraciones firma un manifiesto a favor del Estatuto catalán), Vichy Catalán, Fontvella y otras marcas aparecen tanto en las listas negras “españolistas” (que piden el no consumir productos catalanes), como en las nuevas iniciativas de contraataque que se han formado en Cataluña, que de igual formapiden el veto (de, según ellos, 11 millones de catalanes -se anexionan en sus números a la Comunidad Valenciana y a las Islas Baleares-) contra productos y empresas no nacionalistas. Así (extracto de Sonia Blanco), Compra en catalá‘ es la web donde “el buen catalán” es adecuadamente adiestrado en los productos que debe comprar y cuáles no.

Mi opinión

Sobra decir que todo esto es patético y triste. Pero buena parte de los culpables de esta situación son algunas de esas marcas, cortas de miras, que para simpatizar con el pueblo, o mejor dicho, con la clase política catalana (o quizá en sometimiento a ella), han accedido a firmar ese manifiesto público a favor del nuevo Estatuto catalán. ¿Porque las empresas privadas -el F.C. Barcelona incluido- se tienen que meter en asuntos políticos tan polémicos? No lo sé.

Los grupos extremistas que animan al boicot se basan en que (y cito textualmente del pdf) tras la aprobación del “estatut”, mientras al comprar los productos no catalanes, ese dinero se podrá reinvertir en un hospital en Sevilla, un colegio en Valladolid, una carretera en Cantabria o un centro de acogida en Murcia, al comprar los catalanes, ese dinero se lo quedarán exclusivamente en Cataluña. ¿Eso es cierto? Pues no lo sé, pero dudo muchísimo que lo sea en esos términos (pues por lo que yo tengo entendido una cosa es que los catalanes aspiren a recaudar y gestionar sus impuestos, y otra bien diferente es que luego no tengan que aportar religiosamente una cantidad pactada -y similar a la actual- al Estado). Si fuera tal y como dicen los extremistas (TODO para los catalanes), evidentemente (y aquí me mojo), yo no es que boicotearía conscientemente a los productos catalanes, sino que simplemente preferiría a los españoles, por las mismas razones que ahora entre dos opciones similares prefiero comprar algo nacional a algo de Francia o Portugal.

De momento la única medida que voy a tomar al respecto es la de no ver Pasión de Gavilanes.

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